Muchas de las soluciones a los problemas del mundo están ante nosotros, en cómo se gobierna y gestiona la tierra. El uso sostenible y equitativo de la tierra eleva los ecosistemas y las comunidades. Construye democracia, justicia, sostenibilidad y resiliencia.
Todos los miembros de la ILC firman dos compromisos importantes que protegen y empoderan tanto a las mujeres como a los defensores de la tierra dentro de nuestra red.
Muchas de las soluciones a los problemas del mundo están ante nosotros, en cómo se gobierna y gestiona la tierra. El uso sostenible y equitativo de la tierra eleva los ecosistemas y las comunidades. Construye democracia, justicia, sostenibilidad y resiliencia.
Todos los miembros de la ILC firman dos compromisos importantes que protegen y empoderan tanto a las mujeres como a los defensores de la tierra dentro de nuestra red.
En noviembre de 1995, más de 1.000 representantes de la sociedad civil, gobiernos e instituciones multilaterales se reunieron en Bruselas (Bélgica) en una Conferencia sobre el Hambre y la Pobreza. Los participantes en la conferencia, reconociendo la importancia del acceso equitativo a la tierra para el desarrollo rural, resolvieron crear una alianza de la sociedad civil y los organismos intergubernamentales:
La Coalición Popular para Erradicar el Hambre y la Pobreza.
La conferencia hizo un llamamiento a la acción urgente para empoderar a los pobres de las zonas rurales aumentando su acceso a los activos productivos, especialmente la tierra, el agua y los recursos de propiedad común, y reforzando su participación en los procesos de toma de decisiones a nivel local, nacional, regional e internacional. En 2003, la Coalición Popular para Erradicar el Hambre y la Pobreza cambió de nombre:
Sección 2003 - Presente
Coalición Internacional para el Acceso a la Tierra (ILC),
En reconocimiento a su enfoque estratégico en cuestiones de acceso a la tierra. Desde entonces, hemos crecido hasta convertirnos en una coalición de casi 300 organizaciones.
La visión compartida de nuestros miembros es que el acceso seguro y equitativo a la tierra -y el control sobre la misma- reduce la pobreza y contribuye a la identidad, la dignidad y la inclusión. La ILC se esfuerza por eliminar toda práctica en sus operaciones o las de sus miembros que perpetúe la marginación de cualquier sector de la sociedad, en particular de las mujeres.