Mónica Mendoza es una psicóloga de 24 años y defensora de los derechos de las mujeres de Colombia. Trabaja con la Corporación para el Desarrollo Solidario (CDS), llevando a cabo acciones para prevenir la violencia contra las mujeres y promover la autonomía de sus cuerpos mediante la sensibilización sobre sus derechos sexuales y reproductivos. La CDS también promueve el bienestar psicológico y ofrece apoyo psico-jurídico y formación sobre violencia de género a las víctimas.
Recientemente, Mónica se unió a laRed de Expertas y Expertos en Género de la ILC, un espacio seguro para que miembros de la ILC se reúnan y compartan conocimientos, habilidades y recursos sobre justicia de género.
Para entender mejor cómo la violencia de género y los derechos sobre la tierra están interconectados, hablamos con Mónica sobre su trabajo y sus expectativas de la Red de Expertas y Expertos en Género de la ILC.
¿Qué es la violencia de género?
Especialmente en las zonas rurales, las sociedades latinoamericanas siguen siendo profundamente patriarcales, lo que conduce a un machismo generalizado y a altas tasas de violencia contra las mujeres, entre el 17 y el 53% en todo el continente. En Colombia, el 40% de las mujeres han sufrido violencia de género, siendo las mujeres indígenas, afrocolombianas y desplazadas las más vulnerables.
"A menudo, en situaciones de violencia, las mujeres no se dan cuenta de que son víctimas de violencia de género", explica Mónica. "Por ejemplo, pueden ser insultadas constantemente por miembros de su familia, pero no lo ven como una forma de violencia contra ellas. Para muchas mujeres, la violencia está tan normalizada que dejan de reclamar incluso los derechos humanos básicos que les corresponden, como el derecho a acceder y poseer la tierra".
¿Cómo puede el derecho a la tierra prevenir la violencia de género?
A pesar de ser las responsables de proporcionar el 45% de los alimentos del hogar, las mujeres de toda América Latina sólo poseen el 18% de la tierra de la región. Mónica está convencida de que la igualdad de acceso a la tierra es un paso crucial para combatir la violencia de género. Según algunas fuentes, las mujeres que son propietarias de la tierra tienen hasta 8 veces menos probabilidades de sufrir violencia doméstica y más de un 60% menos de probabilidadesde sufrir abusos domésticos a largo plazo por parte de su pareja.
"Creo que un punto crítico para abordar esta problemática es implementar políticas públicas que promuevan iniciativas productivas y la titularidad de la tierra de forma equitativa entre hombres y mujeres", dice Mónica. "Tener un acceso equitativo a la tierra ayudaría a abordar la brecha de género que existe entre hombres y mujeres, la cual contribuye al machismo y a la violencia".
¿Cómo está cambiando las cosas la CDS?
El trabajo de la CDS consiste en promover el empoderamiento y, en última instancia, aumentar la comprensión de las mujeres respecto a sus derechos. Se aseguran de que las mujeres sean conscientes de lo que es la violencia de género y cómo se manifiesta, educándolas sobre la violencia física, patrimonial y psicológica. También proporcionan asistencia jurídica para que las mujeres puedan reclamar sus derechos cuando son víctimas de estas violencias.
La organización ha incorporado la participación de las mujeres con los "Jueves de Mujeres", en los que grupos de mujeres se reúnen para debatir abiertamente, creando un sentimiento de empoderamiento entre ellas. La inclusión de lideresas/ puntos focales permite también un aprendizaje con “modelos a seguir”, a través del cual las mujeres pueden aprender de las que ocupan posiciones de liderazgo para ayudarlas a reconocer sus derechos. Todo esto crea una red de apoyo para las mujeres que sufren violencia.
"Los hombres también se están implicando más en el programa", explica Mónica. "Las iniciativas a nivel comunitario están cambiando claramente los patrones de violencia y machismo dentro de la sociedad".
El trabajo a nivel familiar y con los hombres también ha sido clave para garantizar el cambio de patrones de comportamiento de los niños, para que no crezcan con actitudes misóginas que puedan llevar a normalizar la violencia.
"Estoy entusiasmada por formar parte de la Red de Expertas y Expertos en Género de la ILC y, sobre todo, por poder escuchar las experiencias de otras personas a nivel global en materia de justicia de género", explica Mónica. "Reforzará el trabajo de mi organización y mejorará mi empoderamiento y mis conocimientos sobre el tema".
Basándose en la experiencia y el conocimiento de Mònica, así como en la amplia experiencia de los miembros de la Red de Expertos en Género de ILC, ILC puede crecer como una coalición justa de género. Confiamos en que entre los miembros de la ILC hay un tesoro de sabiduría que queremos compartir con otros miembros. Es por eso que creamos esta red de expertos en género y los seguiremos presentando a través de publicaciones de blog dedicadas mientras organizamos eventos de aprendizaje para y con los expertos en género.
La entrevista fue realizada por el pasante de género de ILC, Solomon Hayes.