Solo el 30% de las mujeres en América Latina y el Caribe poseen tierras agrícolas pese a su rol central en la seguridad alimentaria y la gestión de los recursos naturales.
CONTEXTO
En América Latina hay 58 millones de mujeres que viven en el campo.
A pesar del papel crucial que tienen en la agricultura, la soberanía alimentaria y la preservación de la biodiversidad, se enfrentan a una serie de problemáticas y desigualdades.
En todos los países de LAC las mujeres poseen y manejan menos tierra que los hombres –solo el 30% de ellas posee tierras agrícolas–y, cuando acceden a esta, suele ser de menor tamaño y de peor calidad.
Son particularmente vulnerables a las afectaciones generadas por los megaproyectos y el modelo extractivista que impera en la región (despojo, desplazamiento, etc.), lo que se suma a múltiples violencias, entre ellas la violencia patrimonial y económica que se ejerce en relación a la propiedad de la tierra y los derechos a esta y a los territorios. Las mujeres también se ven excluidas de espacios de decisión vinculados a la tierra y el territorio y otros importantes recursos y activos, lo que limita sus posibilidades de desarrollo.
La Promoción de los Derechos de las Mujeres a la Tierra en América Latina - Informe regional
Protección de defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente - Recomendaciones de política pública
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NUESTRO TRABAJO
La Iniciativa Mujer Rural y Derecho a la Tierra trabaja por el pleno ejercicio de los derechos a la tierra y a los territorios de las mujeres campesinas, indígenas, afrodescendientes y de frontera urbano-rural de América Latina garantizando la protección contra todas las formas de discriminación fomentando cambios en la elaboración de políticas y su implementación.
Promueve el acceso a la tierra para las mujeres rurales y su participación en los espacios de toma de decisiones territoriales, así como la protección de las defensoras de la tierra y el territorio. A través de su trabajo contribuye al fortalecimiento de procesos organizativos y a la generación de redes de trabajo que evidencien tanto las problemáticas que enfrentan las mujeres, como las estrategias que impulsan desde los distintos territorios para superarlas. También busca contribuir a que los procesos globales clave -como las DVGT, el Plan del Decenio para la Agricultura Familiar o los ODS- se implementen con justicia de género. Sus estrategias incluyen la incidencia basada en evidencia, facilitación de interaprendizaje entre mujeres y sus organizaciones y campañas de divulgación.
La iniciativa ha construido y visibilizado una perspectiva de corte regional sobre la situación actual de las mujeres rurales a través de la generación de datos e información útil para informar la toma de decisiones que les afecta vía informes alternativos e informes país. También ha promovido con éxito los derechos de estas mujeres en procesos e instancias de incidencia clave a nivel nacional y global (CSW, CEDAW y CDESC) y vía campañas regionales de comunicación. De otro lado, ha fortalecido las capacidades de mujeres para el planteamiento de sus propuesta ante diferentes instancias.